top of page

Favorecer el poder artístico en los alumnos.

  • Foto del escritor: Fátima Arias
    Fátima Arias
  • 25 jul 2017
  • 2 Min. de lectura

“El arte del maestro ejercido de una manera dialógica, tiene como misión conducir al discípulo a concebirse a sí mismo como una obra entre sus manos y hacer de su vida una tarea que solo él puede cumplir. Este despertar interior no se puede transmitir como un objeto de conocimiento, sino por la vía de la experiencia” (Torralba. Inteligencia espiritual. 2014 p. 52)

Observo que la academia artística mas allá de ser un espacio generador de creación, investigación e invenciones de arte, se ha vuelto un laberinto de túneles donde solo pocos entran a la medida establecida y el arte no se puede permitir tal mentira, el arte es campo abierto, es horizonte, con millones de posibilidades creadoras como millones de seres humanos; los laberintos, los acertijos, los rompecabezas le pertenecen al artista no al arte. Esta propuesta metodológica desea que cada ser humano se vea con la posibilidad de disfrutarse como artista y con disciplina fortalezca su voluntad para crear belleza, desde sus luces y sombras.

¿Cómo hacer que los alumnos-artistas logren descubrir y construir sus propios caminos creadores? ¿Cómo propiciar el descubrimiento de las propias técnicas artísticas en los artistas? ¿Cómo fomentar la autoconfianza en su ser como artistas? ¿Qué beneficios tiene el trabajo artístico en la persona que lo realiza? ¿Cómo acompañar desde el desarrollo humano estos procesos artísticos? ¿Cómo fomentar la voluntad creadora de la persona en nuestras sociedad?... Si dentro de la academia de artes se pondera el aprendizaje de la técnica y la precisión pero sin libertad y sentido; a seguir al profesor o director sin cuestionarlo del todo, a construir e interpretar un papel con la idea de ser “un otro” en el caso de los actores, a percibir al espectador como aquel que no participa en la construcción de la obra y que solo existe después de la tercera llamada o a identificar la obra como objeto sin vida propia.

Como artistas hay que aprender que la técnica y la precisión son igual de importantes que la libertad y el valor de crear, que el sentido de la propia existencia es la fuerza y la voluntad que ayudan a construir la pieza de arte, que interpretar es dar vida y no hay otra manera de hacerlo que con la propia vida, que la obra la completa el público y que es un hacedor activo de la pieza artística, que la obra del artista puede viajar en el tiempo y en el espacio, por su condición humana, el artista podrá morir pero su obra seguir viviendo.

Cómo artistas ya no nos funciona una enseñanza basada en el perfeccionamiento de la técnica y la crítica constante al propio trabajo, es urgente que se nos enseñen a creer y a confiar en nuestras propias intuiciones y direcciones creativas, con el fin de fomentar la voluntad y la potencia creadora que nos permita proponer la posibilidad de nuevas realidades.

Fátima Arias.


 
 
 

Comments


Entradas recientes
Archivo
Síguenos
  • Valientes Creadores

Tel: 5511501702 valientescreadores@gmail.com 

Arte escénico y narrativo. 

Investigación sobre el potencial artístico 

© 2017 by Fátima Arias. Valientes Creadores. 

bottom of page