Dejar salir al loco, que el loco juegue, que el loco construya.
- Fátima Arias
- 8 ago 2017
- 1 Min. de lectura

Dejar que el loco juegue, dejar que el loco juegue, dejar que el loco juegue…
Porque solo el loco que juega descubre imposibles,
solo el loco que juega ve lo invisible,
solo el loco que juega imagina lo inimaginable
y solo el loco que juega, construye, y sus estrategias no serán las habituales,
el loco, ofrece nuevas formas de construir,
solo el loco que construye, construye sin miedo.
Solo el loco construye para que los otros que no están locos jueguen con él.
Solo el loco entiende los juegos de los locos y los no locos,
y juega con ambos porque solo un loco, solo quiere jugar.
Solo el loco, sabe volar sin alas, sin viento.
Solo el loco ama y quiere ver volar lo amado, porque ríe cuando lo ve volar,
y solo el loco ama riendo.
El loco no ama triste, cuando el loco esta triste esta muy triste;
es peligroso que el loco este triste.
Solo el loco sabe amar a tal grado
que de su amor levanta mundos enteros
para que otros puedan vivir en ellos
y poder sentirse locos por un momento.
Solo el loco sabe vivir entre ficciones sean cerradas o abiertas,
esclavas o libres, paralelas o asignadas.
Solo el loco sabe para que le sirven las ficciones
y es consciente de ello, aunque no parezca.
Solo el loco hace de sus fantasmas sus valientes caballeros.
Solo el loco sabe que es profundamente tímido
y que le aterra la idea de que solo exista una sola ficción.
Dejemos salir al loco, para después regresar al mundo de los cuerdos, y creer que estamos a salvo.
Fátima Arias.
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