El empoderamiento del ser-humano mediante la genuina expresividad del cuerpo como espacio de gozo p
- Fátima Arias

- 22 jul 2018
- 3 Min. de lectura

Creo que "El cuerpo" se auto-somete ante su propia categorización.
En este caso quisiera hablar sobre el binomio, Mujer o Varón, el cual me parece un sometimiento muy violento ante las infinitas posibilidades expresivas del cuerpo y de su ser.
Creo que no esta de mas cuestionar el binomio femenino - masculino como identidades que monopolizan la expresión y construcción corporal y personal.
¿Será necesario dejar de hablar de genero para poder encontrar espacios biológicos, psicológicos, políticos, sociales, emocionales y espirituales que nos abran las puertas a un empoderamiento mucho más profundo como cuerpos y personalidades?
La diferencia tiene en sí misma la exclusión, de sí misma y de aquello que difiere a su definición. ¿Esta ahí, en verdad, la fortaleza o el empoderamiento?
¿El cuerpo como espacio de placer y potencia necesita identificarse en un polo del binomio mujer-varón para poder lograr un empoderamiento? ¿Sobre qué nos queremos empoderar?
¿Qué libertad buscamos?
¿Desde dónde esta la lucha?
¿Desde lo humano o desde una trinchera? En este caso el genero
Y si yo me sumo a la lucha me cuestiono ¿Qué es ser mujer? y si todo aquello que se define como tal ¿Me gusta? Y al definirme ¿Qué excluyo? ¿Qué empoderamos cuando hablamos de “mujeres”? y si se logra el empoderamiento desde allí… ¿Qué ganamos? ¿Quedará algo excluido de nosotras mismas?
Si ganamos la libertad “Como mujeres” ¿Qué diferencia tendría dicha libertad con respecto a la de los “varones”?
¿Ser mujer implica una postura? y si es así ¿Con respecto a qué?
Creo que es importante reflexionar sobre las categorías que establecen arquitecturas corporales y en ello los posibles sometimientos al ser. Dejar la expresividad genuina del "cuerpo-placer" fuera de cualquier genero, como lo nombra la filósofa Beatriz Preciado, a la cual invitaría a estudiar.
Es urgente salir de los círculos de “categorías-identitarias” que se excluyen a sí mismas y a otros.
Quizás el género sea un escudo que nos protege de algo… ¿de qué?
La posibilidad de entrar y salir de los marcos que nos definen y excluyen sin cerrar puertas, abrir las diferencias para tener la libertad de ser y no ser, que la identidad sea infinita… entonces ampliar el gozo y con ello la experiencia humana de los "cuerpos-placer" que somos.
vivir con las exploraciones del movimiento, la infinita palabra, las múltiples risas, lanzar miradas indescifrable porque no están categorizadas, tomar espacios públicos y privados desde la expresión genuina, es decir, el empoderamiento desde el gozo y la libertad como cuerpo-placer, sin entrar en categorizaciones, porque es ahí donde se pierde la continua construcción de la experiencia humana.
Las definiciones socio-políticas lo único que hacen es esclavizar la libertad de lo corporal, y no hay mayor esclavitud que tener dominado al cuerpo en un modo de expresión normativizado.
En definitiva, categorizarme me excluye de las posibilidades de mi.
Generan luchas desde la trinchera de “yo soy” y “tú eres” nos coloca a todos en el espacio de ser "el otro” y toda lucha para ser lucha necesita a “lo otro”; a mi parecer es como un animal que pelea con su propia cola.
La lucha más inteligente es desarmar las construcciones que ya nos quedan pequeñas y me parece que “Mujeres” -“Varones” son infinitamente pequeños como categorías corporales.
La lucha genuina siempre será dentro de uno mismo y creo que una de las mejores estrategias para evolucionar cualquier libertad es salir de los círculos, estar afuera, enfrentarse… a “nadie”, ahí solo estamos nosotros mismo con nuestra infinita posibilidad de ser.
Esta reflexión, es un pequeño sonido de grandes filósofos e investigadores que promulgan que la persona se vea como cuerpo-de gozo tomando lo que mejor le funcione de las categorizaciones socio-políticas o creando nuevas, sin permanencia, en movimiento continuo, con el fin de vivirse a sí mismo desde la libertad y el empoderamiento de aquello que vaya investigando y conociendo de sí mismo, solo así podrá encontrarse... sin tanta lucha.
Fátima Paola Arias






















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